
WASHINGTON, D.C. – Durante los últimos años de la administración de Joe Biden, crecieron las preocupaciones en torno a su salud cognitiva. Desde caídas en bicicleta, episodios donde se le notaba desorientado, hasta su desastroso debate contra Donald Trump, diversos incidentes alimentaron dudas sobre su capacidad para ejercer el cargo. Estos factores habrían influido en su eventual renuncia a la candidatura presidencial por el Partido Demócrata.
Ahora, legisladores republicanos buscan investigar a fondo la gestión de su administración, luego de que se revelara que Biden padecía un cáncer de próstata en estado avanzado. Se alega que miembros de la Casa Blanca ya conocían sobre su deterioro cognitivo y otros problemas médicos.
Según un libro escrito por los periodistas Jake Tapper (CNN) y Alex Thompson (Axios), la administración habría implementado múltiples medidas para adaptarse a la edad y condición del presidente, entre ellas, evitar despertarlo durante la madrugada para resolver asuntos urgentes, especialmente los relacionados con seguridad nacional, por falta de confianza en su capacidad de respuesta.
Ante esto, un grupo de republicanos propone formar un comité de investigación que determine hasta qué punto se intentó encubrir el estado real de salud del expresidente.
El comité sería liderado por el representante Buddy Carter, de Georgia, quien además de cuestionar a la vicepresidenta Kamala Harris, planea citar a la primera dama Jill Biden y a varios altos funcionarios de la administración.
Uno de los temas centrales es si ya se conocía el diagnóstico de cáncer de próstata, pues al momento de ser detectado, este se encontraba en un estado avanzado. Legisladores cuestionan si los médicos de la Casa Blanca no lo detectaron previamente durante los exámenes médicos regulares que se le practican al presidente.
El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes ha solicitado entrevistas con varios miembros del equipo presidencial, incluyendo al doctor Kevin O’Connor, médico personal de Biden, así como a sus asesores más cercanos: Annie Tomasini, Anthony Bernal y Ashley Williams. Según los legisladores, ellos habrían actuado como filtro para ocultar el verdadero estado del mandatario.
El Dr. O’Connor ha sido duramente criticado por no realizarle exámenes regulares al presidente, a pesar de que su edad superaba el límite recomendado por algunas asociaciones médicas para la detección rutinaria de cáncer de próstata, debido a los riesgos de falsos positivos o tratamientos excesivos en casos de bajo riesgo.
Otra acusación relevante es el supuesto uso de un “autopen” (un dispositivo que replica firmas automáticamente) para firmar documentos oficiales y órdenes ejecutivas. Legisladores republicanos argumentan que Biden podría no haber estado consciente de lo que se estaba firmando durante sus últimos días en el cargo, y que miembros de su personal habrían tomado decisiones en su nombre.
El presidente Donald Trump ha sido particularmente crítico con este tema, alegando que el uso del autopen podría invalidar órdenes ejecutivas, indultos y otros documentos firmados en ese periodo, especialmente aquellos que favorecieron a aliados políticos o legisladores que investigaron el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
El congresista Ron Johnson también envió cartas a miembros del gabinete de Biden, entre ellos al exsecretario de Estado Antony Blinken, al secretario de Defensa Lloyd Austin y al fiscal general Merrick Garland, solicitando entrevistas para aclarar qué sabían y cuándo lo supieron sobre el estado de salud de Biden.
“La discrepancia entre lo que los funcionarios del gabinete decían públicamente sobre la salud del presidente y lo que aparentemente sabían en privado es alarmante, especialmente considerando que el presidente buscaba la reelección. Después de años de mentiras y oscurantismo, el público merece total transparencia sobre lo que se sabía y cuándo se supo en relación con la salud del presidente Biden”, escribió Johnson.