Inflación y Consumo Navideño: Tendencias Económicas para el Cierre de Año

Inflación y gasto navideño

Durante esta temporada festiva, el consumo navideño se convierte en el centro de atención dentro del debate económico. A primera vista, los datos parecen prometedores: se espera un incremento en el gasto navideño este año. Sin embargo, bajo esta aparente mejora, subyace una realidad menos alentadora para millones de familias, caracterizada por la inflación, el aumento de precios y una creciente presión sobre las finanzas familiares.

Los expertos advierten que las circunstancias que rodean el cierre de este año están influenciadas por factores estructurales que han persistido desde la pandemia, así como por decisiones de política pública que afectan directamente el bolsillo de los consumidores.

Un ciclo inflacionario persistente

Alejandro Sandoval Murillo, economista, explica que el contexto actual presenta restricciones significativas. “Hoy enfrentamos limitantes debido a un ciclo inflacionario que se origina en la pandemia y a las políticas públicas del gobierno de Estados Unidos”, indicó.

Estas limitaciones se reflejan en la vida diaria de los consumidores, quienes lidian con precios más altos, incluso en productos esenciales. La inflación, aunque más estable que en años anteriores, sigue superando lo deseable y mantiene tasas de interés elevadas.

“La preocupación radica en que la inflación continua siendo relativamente alta y ha mantenido las tasas elevadas más tiempo del deseado. Esto podría llevar a los consumidores a reducir su gasto”, agregó Sandoval Murillo.

Más gasto, menos poder adquisitivo

De acuerdo con CNN, un informe de Mastercard proyecta que el gasto navideño tendrá un aumento del 3.6 % en comparación con 2024. Sin embargo, este incremento no necesariamente se traduce en un bienestar económico superior. El aumento en el gasto se debe, en gran parte, a que los consumidores están pagando más por los mismos productos.

Además, los salarios presentan un comportamiento desigual. Según un informe del Bank of America, aunque los ingresos han aumentado en general, los hogares de menores ingresos apenas han visto un incremento del 1 %, mientras que los precios han subido cerca de 3 %.

El impacto real en las familias

Para muchos consumidores, la inflación ha obligado a cambiar sus hábitos de compra. Arturo López resume esta situación con precisión: “Definitivamente, todo ha subido considerablemente, en especial los precios debido a los aranceles. Eso lo hemos sentido nosotros… lo que antes comprábamos, ahora ya no lo compramos.”

Otros han decidido reducir el número de regalos para ajustarse a su presupuesto. Isai Rocha, un consumidor, comparte su experiencia: “Si antes comprábamos diez regalos, ahora solo compramos ocho, o incluso siete, y eso sí afecta bastante.”

El consumo se adapta

A pesar de los desafíos, el consumo se mantiene activo. Según Sandoval Murillo, existe una intención de compra significativa. “A nivel global, el consumidor estadounidense es conocido por su fuerte capacidad de compra… aunque hay limitaciones, los consumidores aún intentan salir y comprar, a pesar de ciertos precios altos.”

Este patrón de comportamiento explica por qué las tiendas aún reportan actividad durante la temporada festiva, a pesar de la inflación.

Tarjetas de crédito y el riesgo de la deuda

El uso de tarjetas de crédito se ha convertido en una herramienta para enfrentar los altos precios, pero también representa un riesgo a largo plazo. Aunque las tasas de interés se han estabilizado, los economistas advierten sobre el peligro de acumular deudas que puedan trasladarse al próximo año.

“Los consumidores que utilizan tarjetas de crédito y planean endeudarse por algunos meses deben ser conscientes de que se espera que el costo de la deuda se mantenga alto,” advirtió Sandoval Murillo.

Consejos para el cierre de año

Ante este escenario, los economistas sugieren comparar precios, evitar compras impulsivas y planificar el uso del crédito con cuidado. En una Navidad marcada por la inflación, el desafío no está solo en gastar, sino en hacerlo con inteligencia para no comenzar el próximo año con una carga financiera mayor.